lunes, 18 de abril de 2016

Instrumentos renacentistas.

Hecho por Antonio Martínez Lozano.
DEFINICIÓN:
Llamamos instrumentos musicales del renacimiento a los utilizados para la interpretación de la música culta occidental durante los siglos XV Y XVI.
Al igual que sucedió con los demás aspectos de la música, la fabricación de instrumentos y la disponibilidad de repertorio para ellos creció enormemente en el Renacimiento, gracias al aumento de la demanda social y al efecto de la imprenta.
Además de tocar un repertorio específicamente instrumental (danzas, fanfarrias, improvisaciones...), los instrumentos fueron utilizados habitualmente para interpretar polifonía vocal. La escritura de esta, con voces de igual importancia y un ámbito general más amplio que en la Edad Media, obligó a adaptar los instrumentos, que extendieron su tesitura creándose familias completas de cada modelo; cada tamaño era nombrado con el nombre de la voz equivalente: así, por ejemplo, se crearon flautas de pico soprano, alto, tenor y bajos de varias tallas, y un proceso semejante siguieron instrumentos de cuerda como las violas de gamba, de metal como los sacabuches o de madera como las chirimías. Cada tipo instrumental solía reunirse en grupos instrumentales homogéneos, llamados consorts.
TIPOS DE INSTRUMENTOS:
De cuerda:
La familia de las violas da gamba (de la viola soprano al violone) fue uno de los medios principales de la música doméstica. Con trastes y seis cuerdas afinadas por cuartas, con una tercera entre las centrales, se reunían en consorts, sobre todo entre los amateurs ingleses, y también fueron usadas como instrumento solista para glosar e improvisar, como muestran los tratados de Ortiz y Ganassi.
La familia de los violines fue creada en el siglo XVI como alternativa a las violas. Poseían un sonido más potente y penetrante pero eran tenidos por instrumentos más vulgares, y solían usarse para acompañar las danzas. Andrea Amati estableció entonces la forma del violín actual.
Los laúdes, de cuerda pulsada, forma de media pera, cuerdas dobles y afinados como las violas da gamba, se usaban como instrumento solista. Solían intrepretar reducciones de polifonía en tablatura para uso casero (a la manera de las reducciones para piano de sinfonías en el siglo XIX); en España se utilizaba la vihuela de mano, muy similar pero con forma de guitarra. El arpa, por otra parte, fue particularmente importante también en España, donde ya Hernando de Cabezón le dedica obras en tablatura.
La familia de la viola da gamba en una ilustración del Syntagma Musicum (1614-19) de Michael Praetorius

De teclado:
En el clave y su versión pequeña (virginal o espineta) las cuerdas son pulsadas por púas accionadas desde un teclado. Solían usarse también en las casas de la nobleza y la burguesía. Además de polifonía, su repertorio incluía disminuciones y variaciones, como muestra el Fitzwilliam Virginal Book inglés.
En el clavicordio las cuerdas eran golpeadas por unos macillos o tangentes (que se quedaban pisándolas). El mecanismo era pues un tanto similar al del piano actual, pero su sonido era muy débil, apenas audible en una sala pequeña.
El órgano siguió siendo el instrumento de iglesia por excelencia, alternando, sustituyendo o apoyando a la polifonía vocal. Por demás compartía repertorio con otros instrumentos de tecla gracias a tablaturas específicas (Buxheimer Orgelbuch, Cabezón...). Además de los grandes órganos fijos se usaban modelos portátiles (órganos positivos y portativos).


De viento:
Las bandas de instrumentos de viento (capillas de ministriles) fueron habituales en música al aire libre y en las catedrales, donde se usaban como alternativa a la capilla vocal o, según algunos musicólogos, junto a esta (tocando colla parte). En estas capillas instrumentales solían reunirse:
  • Corneta (o cornetto): instrumento con embocadura en forma de copa, a la manera de la trompeta, pero cuerpo de madera con agujeros, como las flautas. Solían tocar las voces agudas y destacaban en la disminución.
  • Chirimías: instrumentos de doble lengüeta (antecesores del oboe actual) y gran variedad de tallas.
  • Sacabuches: muy similares a los trombones actuales aunque de boquilla y pabellón algo más pequeños. Solían tocar las voces intermedias.
  • Bajón: predecesor del fagot, solía tocar la línea del bajo junto a la capilla vocal para mantener la afinación.
Además eran habituales otros muchos instrumentos, como las flautas de pico (desde los modelos más agudos hasta las enormes contrabajo de dos metros de altura), los pífanos(especie de flauta travesera), los orlos o cromornos (de doble lengüeta encapsulada), etc.
Los conjuntos de trompetas y atabales estaban reservados para las ceremonias de la nobleza y tocaban un repertorio específico del que apenas han quedado testimonios escritos, salvo excepciones como la toccata de los Gonzaga que abre el Orfeo de Monteverdi. Las trompetas eran naturales, esto es, sin pistones ni agujeros, de modo que el músico entonaba sólo con los labios. Los atabales eran semejantes a los timbales actuales.
La familia del bajón en una ilustración del Syntagma Musicum (1614-19) de Michael Praetorius











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